La suba de las retenciones al biodiesel anunciada por el gobierno nacional representará un aumento en la recaudación por derechos de exportación de unos u$s 100 millones este año si, como calculan fuentes de la industria, las ventas externas del año se equiparan a las de 2011, cuando totalizaron poco más de u$s 2.000 millones.
A través de un decreto publicado el viernes en el Boletín Oficial, que lleva la firma del ministro de Economía, Hernán Lorenzino; la ministra de Industria, Débora Giorgi y su par de Planificación Federal, Julio De Vido, las retenciones para el biocombustible elaborado a partir de aceite de soja pasaron de 14% a 24,2% y con este tributo, la recaudación anual ascendería a unos u$s 380 millones.
En paralelo, la resolución anunciada en conferencia de prensa por Lorenzino y su viceministro, Axel Kicillof, fijó el precio del biocombustible para el mercado interno en $ 4.405,3 por tonelada de biodiesel, lo que representa una baja del 15% respecto al último valor publicado por la Secretaría de Energía para el mes de junio, que fue de $ 5.195. Con un consumo anual cercano a las 800.000 toneladas, para lo que resta del año el recorte de los ingresos para las fabricantes será del orden de los u$s 120 millones.
De esta manera, las empresas dejarán de percibir ingresos por unos u$s 220 millones durante los meses que faltan para terminar 2012. Empresarios delsector dijeron a El Cronista que la medida se temía, y que se hicieron todas las gestiones posibles para tratar de evitarla. Una fuente empresaria evaluó que la resolución responde a que el Ministerio de Planificación que comanda De Vido, un ferviente impulsor de la industria de los biocombustibles, no pudo imponerse a una medida impulsada por Kicillof.
"El Gobierno nos pidió hace unos quince días que le presentáramos nuestra estructura de costos y así lo hicimos, y no entendemos por qué después toma esta medida2 expresó José Luis Martínez Justo, presidente de la Cámara de Empresas Pymes de Energía y Biocombustibles (Cepeb). Desde mañana van a empezar a cerrar empresas, agregó, refiriéndose a una treintena de firmas que nacieron a partir de la Ley de Promoción de Biocombustibles (Nº 26.093) sancionada en 2006 y reglamentada posteriormente.
Pero no solamente las pymes están en problemas. Desde las empresas más grandes del sector que nuclea a firmas internacionales como Cargill, Dreyfus y Glencore, además de Aceitera General Deheza, Vicentín y Ecofuel, entre muchas otras, existe preocupación sobre el futuro de una actividad en la que invirtieron más de u$s 1.000 millones en los últimos cinco años.
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